El faro
Encontrar una en buen estado con el cristal de la época es imposible, así que había dos posibilidades; montar un faro nuevo con el inconveniente de que el dibujo del cristal del faro es actual o restaurar el faro original y así conservar el cristal original. Así que opté por esta segunda opción.
El proceso fue el siguiente:
Empecé separando la pantalla del cristal, con mucho cuidado. Hay de dos tipos, la que la pantalla va “grapando o aprisionando” el cristal o los que tan sólo van pegadas. El primer tipo es algo más entretenido para separarlo, pero con unos alicates y paciencia se va abriendo la parte que aprisiona el cristal. Una vez separado, se corta dota esta parte que hacía de “grapa” y se lija con una lima hasta dejar la superficie preparada para poder pegar el cristas.
El segundo tipo de faro, es mucho más sencillo, con cuidado y con un cutter se puede ir cortando la “cola” que hace que el cristal y la pantalla permanezcan unidos.
Una vez separada la pantalla, llevé a cromarla, el cromado no es el mismo tratamiento que llevan los faros, pero queda muy bien y alumbra suficiente.
Antes de unir las dos piezas, limpiar muy bien el cristal y ya podemos pegarlo con silicona.
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